EL PRECIO DE LA CRISIS


Cancel MirandaEs estipulable que Puerto Rico vive una gran crisis económica. En cualquier fila, ya sea en una panadería o un banco, el comentario del ciudadano es de índole pesimista e incertidumbre. Por otro lado están los optimistas quienes llevan de 8 a 10 años argumentando la célebre frase que postula “la crisis es la madre de la inversión”. Algunos de éstos últimos viven a costillas del esfuerzo de otros creando falsas expectativas para así enriquecer sus arcas. Es decir, son los que se benefician de la desgracia de algunos para engordar su peculio.

 Independientemente sea un optimista o un pesimista lo cierto es que Puerto Rico lleva más de 10 años en una caída libre donde el deterioro es en todos los órdenes. Ese deterioro tiene ramificaciones tanto en lo económico como en lo social. En otras palabras, la quiebra es a lo largo y ancho del país, sin que se asomen alternativas que vayan directamente al meollo y esencia del problema puertorriqueño. De igual forma nadie quiere aceptar el precio que corresponde para paliar la crisis.

Por otro lado hay que reconocer que en el gobierno, independientemente si estamos o no de acuerdo, se han presentado ideas (entiéndase legislación) como aportaciones para atender asuntos particulares; pero de buenas a primera surge la oposición del sector, dígase afectado. Dicho de otra forma, todos los sectores del país reconocen la necesidad económica que existe, pero nadie quiere que se le toquen sus intereses.

walmartAsí vemos como el sector bancario se opuso a una nueva contribución a las transacciones electrónica, diciendo que ellos no eran responsables de la crisis. Las mega-tiendas, quienes diariamente se llevan del país millones de dólares en ganancias, impugnaron la patente nacional y alegan que tal impuesto afecta la creación de empleos; como si no sepamos que los «Walmart» de la vida crean mas empleos  «part time» que empleos bien remunerados.

Para no quedarse atrás, los millonarios de dos fundaciones donde los bonistas depositan sus inversiones, acaban de impugnar la ley que daría paso a la restructuración de la deuda en las corporaciones pública. La primera alegación de este recurso en la Corte Federal, entre otras, es que la Legislatura puertorriqueña no tiene el poder para legislar una quiebra criolla de sus corporaciones públicas. La tesis de estas fundaciones es que los puertorriqueños no podemos reorganizarnos económicamente lo que daría paso a la desmantelación de la Autoridad de Energía Eléctrica, acueductos entre otras corporaciones.

Como vemos nadie queda complacido y nadie quiere aportar para sacar al país del pantano económico que nos encentramos. Eso si no faltaran, como ya han surgido, las propuestas para que sea el pueblo el que pague los platos rotos.

Todo este escenario no nos debe confundirnos. La crisis del gobierno, la crisis de las corporaciones públicas son manifestaciones de una crisis mayor ante el colapso de nuestro sistema y estructuras políticas. Es por esa razón que los bonistas van la Corte Federal alegando que es el Congreso de Estados Unidos quienes pueden legislar sobre leyes de quiebra y es por esa razón que las mega tiendas se llevan sus ganancias fuera del país aportando lo mínimo a nuestra economía.

no mas coloniaEn ambos ejemplos son hechos inequívocos que el escenario en que nos vemos, es de una indefensión política total con las consecuencias económicas que conocemos y sufrimos. Es por esta razón que el precio de la crisis, es el precio de ser colonia.

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