Mes: junio 2014
LA REORGANIZACION CRIOLLA DEL PNP
Como es de rigor, luego del periodo electoral los partidos se reorganizan. Es decir, buscan nuevas energías, nuevos bríos para enfrentar nuevos retos con nuevas estrategias y estilos. De esta manera la colectividad podrá definir el alcance de la próxima meta en la arena política. Todo lo anterior sucede cuando el candidato anterior es derrotado y por ende tiene algún desgaste político que impide su viabilidad electoral.
En el caso del PNP en Caguas vimos como los estilos del truco, la campaña personalista y las mentiras llevaron a la candidata foránea Norma Burgos a una aplastante derrota electoral. Ese hecho histórico en el resume de Norma Burgos la imposibilidad políticamente como nueva candidata a la Alcaldía de Caguas. Esa realidad política en el escenario criollo del PNP, lleva a ese colectivo a tener que buscar un nuevo líder político. De esta manera un nuevo equipo tratara de superar las deficiencias del “CREW” de la derrotada candidata foránea.
En otras palabras si aprenden de sus errores políticos, con la reorganización podrían reunir un nuevo equipo de gente que vengan a “recoger los pedazos” del comité local luego del desastre de Norma Burgos. Ese es el reto, que tiene ante sí ese partido a nivel local, si es que quieren tener una meta viable para el 2016. De lo contrario veremos cómo se acrecienta el número de los «estadistas con Willito» en la próxima contienda electoral.
En ese proceso de la reorganización criolla del PNP llama la atención la poca o ninguna información pública, luego de tenerse al sustituto oficial de la derrotada candidata foránea en la presidencia del comité local. Para esa candidatura solo radicó una persona quien asume el rol de ser el líder como partido opositor local; pero públicamente no trasciende cual será su proyecto político como lo exige el que hacer político y la democracia. En otras palabras el PNP en Caguas se hace cómplices del PIP para albergar así un silencio político, abandonando ambos su rol de partidos opositores.
Por otro lado en la reorganización criolla del PNP hay una contienda por la vice-presidencia del comité local. Esto luego de que para esa posición radicaran dos personas. Por un lado se habla de la radicación a esta posición de un conocido militante del PNP en Caguas y por otro la radicación de un candidato foráneo que nadie conoce en las lides políticas criollas. Ahí comenzó el “rollo” como se dice en el argot. Este descendiente foráneo de Norma Burgos, se incluyó en la plancha del nuevo presidente del comité local del PNP.
Es decir, el nuevo presidente del PNP en Caguas apoyó un candidato foráneo como Vice-presidente. Por otro lado el candidato a Vice-presidente de militancia criolla histórica, afirma en su campaña que el nuevo Presidente del PNP en Caguas lo apoya aunque no lo incluyera en su plancha. Si todo esto le parece un absurdo político, peor aún es que para la contienda de la vice presidencia del PNP en Caguas no es tendrían primarias, como hicieron en otros municipios. Esta contienda la dilucidaran en una asamblea de delegados, negándole así al pueblo progresista criollo elegir a sus candidatos. Así pueden manipular a delegados por puesto y prebendas igualito que hacia Norma Burgos.
En síntesis, la reorganización criolla del PNP es un ejercicio incoloro y poco sustantivo sobre las proyecciones de dicha reorganización. De igual forma se vislumbran agendas políticas personales, las que comienzan con la negociación de la salida de la derrotada candidata foránea Norma Burgos de la presidencia del PNP en Caguas. De ese tema y como dicen en el idioma del invasor, escribiremos en un “next time”.
LA CIUDADANIA CIVICA
Los puertorriqueños, por imposición de los Estados Unidos en 1917, tenemos la ciudadanía política norteamericana. Ese elemento jurídico, de diferente modo, nos trae el apasionamiento típico de una cultura partidista como la nuestra. Es en ese apasionamiento, que yace el germen de la división boricua que ciega algunos y deslumbra a otros.
Desde mi punto de vista, independiente la preferencia política, sobre el valor de una ciudadanía política, debe estar la ciudadanía cívica. Me refiero al ciudadano transparente, honrado y tolerante que debemos ser tod@s. Desde el polo de esos principios universales es que debemos re-construir la nación puertorriqueña. En la arena política no ser trasparente, honrado y tolerante equivale, a mi juicio, a no poder exigir respeto frente a cualquier isues relacionado a un cambio de estatus, esto vis a vis una negociación con los sectores correspondiente de la metrópolis.
Lo anterior me hace recordar palabras del compañero David Noriega (QEPD) quien proclamaba que si no avanzamos a identificar y trabajar con los elementos que nos unen, no habría país para traer la estadidad, desarrollar el ELA o traer la independencia, porque nos habremos destruido entre nosotros.
Para no teorizar muchos sobre el tema comparto dos ejemplos de nuestra vida cotidiana donde no hay civismo, reina la intolerancia y los bandos nos son honrados con relación al lado opositor.
La comunidad LBGTT desarrolla sus luchas desde el principio universal de la equidad. Parte de esa equidad se relaciona con los derechos que ya cobijan al resto de la población. Por otro lado hay un sector de la utra derecha del PNP, que escondidos del manto de algunos religiosos, a la menor provocación amanzanan e intimidan ante cualquier conquista legítima de la comunidad LBGTT. En este ejemplo vemos como la intolerancia y la falta de civismo cierra cualquier espacio de un diálogo sincero que pueda propiciar la sana convivencia entre las partes.
El otro ejemplo de falta de civismo y honradez intelectual, sucede en el sector comercial y empresarial en lo relacionado con la patente nacional que aprueba el gobierno para cuadrar el presupuesto de este año fiscal. Luego de que la misma fuera propuesta por los propios sectores empresariales, ahora tanto la Asociación de Industriales como la Cámara de Comercio, han levantado su voz de protesta sobre el pago de este impuesto.
Peor aún llevaron al Gobierno a los tribunales y han propuesto que se suba el IVU. Es decir, los sectores que más ganan, donde están las multinacionales y las megatiendas, se declaran insolvente para pagar impuestos y proponen que sea el pueblo que lleve la carga pesada de pagar lo que se necesita para paliar la crisis.
Como vemos en estos ejemplos, no existe el suficiente civismo para con desprendimiento y consideración se pueda liderar las causas que el país necesita se puedan encausar. Como optimista soy del pensamiento que tenemos muchos y buenos ciudadanos cívicos en nuestro 100 x 35, quienes desde la sociedad civil y de manera silente están dando la batalla para construir el otro Puerto Rico posible.
Solo faltaría ese gran momento coyuntural que abra el espacio correspondiente. Al ser de conocimiento público el país ya tocó fondo, nadie se sorprenda de la llegada de esa coyuntura histórica que nos abra nuevos caminos. En ese momento veremos el valor la ciudadanía cívica puertorriqueña, que reitero está por encima de cualquier ciudadanía política.