LA CIUDADANIA CIVICA


banderaLos puertorriqueños, por imposición de los Estados Unidos en 1917, tenemos la ciudadanía política  norteamericana. Ese elemento jurídico, de diferente modo, nos trae el apasionamiento típico de una cultura partidista como la nuestra. Es en ese apasionamiento, que yace el germen de la división boricua que ciega algunos y deslumbra a otros.

Desde mi punto de vista, independiente la preferencia política, sobre el valor de una ciudadanía política, debe estar la ciudadanía cívica. Me refiero al ciudadano transparente, honrado y tolerante que debemos ser tod@s. Desde el polo de esos principios universales es que debemos re-construir la nación puertorriqueña. En la arena política no ser trasparente, honrado y tolerante equivale, a mi juicio, a no poder exigir respeto frente a cualquier isues relacionado a un cambio de estatus, esto vis a vis una negociación con los sectores correspondiente de la metrópolis.

Lo anterior me hace recordar palabras del compañero David Noriega (QEPD) quien proclamaba que si no avanzamos a identificar y trabajar con los elementos que nos unen, no habría país para traer la estadidad, desarrollar el ELA o traer la independencia, porque nos habremos destruido entre nosotros.

Para no teorizar muchos sobre el tema comparto dos ejemplos de nuestra vida cotidiana donde no hay civismo, reina la intolerancia y los bandos nos son honrados con relación al lado opositor.

La comunidad LBGTT desarrolla sus luchas desde el principioimages universal de la equidad. Parte de esa equidad se relaciona con los derechos que ya cobijan al resto de la población. Por otro lado hay un sector de la utra derecha del PNP, que escondidos del manto de algunos religiosos, a la menor provocación amanzanan e intimidan ante cualquier conquista legítima de la comunidad LBGTT. En este ejemplo vemos como la intolerancia y la falta de civismo cierra cualquier espacio de un diálogo sincero que pueda propiciar la sana convivencia entre las partes.

El otro ejemplo de falta de civismo y honradez intelectual, sucede en el sector comercial y empresarial en lo relacionado con la patente nacional que aprueba el gobierno para cuadrar el presupuesto de este año fiscal. Luego de que la misma fuera propuesta por los propios sectores empresariales, ahora tanto la Asociación de Industriales como la Cámara de Comercio, han levantado su voz de protesta sobre el pago de este impuesto.

walmartPeor aún llevaron al Gobierno a los tribunales y han propuesto que se suba el IVU. Es decir, los sectores que más ganan, donde están las multinacionales y las megatiendas, se declaran insolvente para pagar impuestos y proponen que sea el pueblo que lleve la carga pesada de  pagar lo que se necesita para paliar la crisis.

Como vemos en estos ejemplos, no existe el suficiente civismo para con desprendimiento y consideración se pueda liderar las causas que el país necesita se puedan encausar. Como optimista soy del pensamiento que tenemos muchos y buenos ciudadanos cívicos en nuestro 100  x 35, quienes desde la sociedad civil y de manera silente están dando la batalla para construir el otro Puerto Rico posible.

Solo faltaría ese gran momento coyuntural que abra el espacio correspondiente. Al ser de conocimiento público el país ya tocó fondo, nadie se sorprenda de la llegada de esa coyuntura histórica que nos abra nuevos caminos. En ese momento veremos el valor la ciudadanía cívica puertorriqueña, que reitero está por encima de cualquier ciudadanía política.    

 

 

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